miércoles, 16 de enero de 2019

De vuelta a las andadas...

Buenas las tengan XeBuZerian0s:

El día de hoy les traigo noticias, sobre mi y sobre nuevos giros de mi vida, vengan a leer la historia de este pinche loco que tiene que hacer y todavía se da el lujo de tirar el tiempo a la basura en estas pendejadas:

 Para empezar, luego de haber ingresado a Escom, reprobé, y reprobé de a madres (como quien dice, hasta para valer verga, valí...), pero me hice una promesa:

"Jamás voy a tirar la toalla"

 Esas fueron mis palabras, esa fué mi premisa. Y es que, parte de mi pasado horrible dentro de mi institución media superior (Universidad  ̶C̶a̶g̶a̶d̶e̶r̶o̶  TecMilenio Ferrería) me llenó de tanto pánico que jamás me vi de vuelta en una escuela tan tóxica, tan alzada pero no por eso brillantes sino idiotas. Jamás me volvería a apuntar en una institución privada llena de gente vacía y sin valía, donde estaría rodeado del típico "milenial promedio" (aclaro, también yo soy de esa asquerosa generación) que ya no quieren "hacer", solamente "tener"; y menos lo haría ahora que estaba en el glorioso Instituto Politécnico Nacional, en la carrera de mis sueños, Ingeniería en Sistemas Computacionales, en nada menos que la Escuela Superior de Cómputo (ESCOM), todavía hasta nuestras fechas, un pilar en hispanoamérica en dicho rubro.

 Pregunta del millón, ¿Cómo iba a hacerle para aguantar la putiza? Si en mi "prepa" gacha y y fea no me enseñaron lo que vería, con cursos de matemáticas, física y programación estaba muriendo tanto que el gusto de estar ahí apenas podía disfrutarlo. Pero algo curioso llegó mi cabeza, el gusto por las matemáticas a pesar de no entenderlas, solo veía lo que el profesor Darwin Gutiérrez Mejía ponía en el pizarrón, y a pesar de no poder asimilar jamás las ideas me impresionó todo lo que hacía, así fue como de la nada algo en mi me dijo y me hice la promesa a mi mismo:

"No importa el trabajo que me cueste, si algún día entiendo todo lo que esta en ese pizarrón, voy a compartirlo sin tanto alboroto, voy a compartirlo como yo lo entendí o en su defecto como a mi me hubiera gustado que me lo explicaran"

Pero más temprano que tarde, llegó a mi cabeza otra idea, una muy, muy, pero muy estúpida, para mi los matemáticos eran gente admirable y de respeto por lo que hacían, y de algún modo sabía que si me quedaba con lo de ingeniero sentía que jamás entendería al 100% eso, así que mi mente me dijo esa idea estúpida:

“Quiero ser matemático”


 Entonces pensé en todas las opciones para alcanzar ese sueño, quizá podía estudiar algo en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPN (ESFM), o por un conocido con quien sigo en deuda, estudiar donde el estudiaba su segunda carrera, en la Universidad Abierta y a Distancia de México (UNADM), ya que ahí tenían igual Licenciatura en Matemáticas, la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa (UAM-I) y la Faculdad de Ciencas de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (FC-UNAM) no eran opciones para mi, puesto que en mis planes nunca estuvo dejar Escom ni por asomo, apenas era marzo del 2014, y no iba a traicionar tan pronto mi promesa elemental que me había hecho desde enero de ese mismo año… 


 Pero antes que se me olvide, al mismo tiempo que soñaba mi vida seguía corriendo, y yo seguía siendo alguien manejable y preocupado por los demás (por favor jamás lo sean), este mi consejo de vida es, el mejor que de XeBuZer0 pueden tener…


 Por preocuparme por la gente equivocada, eché en saco roto muchas clases a las que dejé de entrar, intentando ayudar a uno que otro a entender sus problemas existenciales, algo (equivocadamente), me dijo que lo lograba ayudarlos, podríamos apoyarnos luego “codo a codo”, y así podríamos ser un equipo para acabar la ingeniería más fácil y pronto.


 Pero esa gente… seriamente no sé ni que hacía ahí, nunca se me va a olvidar ese “inútil” (llamado así por un profesor) que no importa cuantas veces intenté hacerlo entrar en razón, apoyarlo con su problema existencial pendejo (no poder tener novia) y para con su familia, simplemente, al siguiente semestre durante las inscripciones, se agandalló mi lugar en la fila y me tuve que inscribir mucho después de el incluso cuando yo había llegado antes.


 Ahí fué cuando empezé a darme cuenta... no solo de lo mierda que es la gente, sino que no importa la clase social; la gente estercolera está desde las más altas enferas hasta lo más recóndito de la ̶s̶u̶c̶i̶e̶d̶a̶d̶ sociedad.


 Llegó el segundo semestre, con muchas materias reprobadas y una esperanza de pasarlas, de nuevo, otra lección de vida, no importa que la gente esté al borde de que se los lleve la chingada, hay a quien de plano no le importa, y más increible es para mi que mucho menos le importa si se lleva a alguien con ellos. Por culpa de eso, uno de mis buenos conocidos esta intentando “rehacer” su ingeniería de software en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM, maravillosa por cierto), y ese otro wey "mierdesilla" ni una pinche licenciatura QvL3ra en pedagogía pudo acabar (y si algún día vez esto mediocre de cagada y te incomoda, te estoy esperando, en el mismo lugar para que ni le busques, este maravilloso lugar del que por cierto del que tú no aguantaste ni el primer semestre de carrera).


 Intentando separarme de los que nada les importa y de los que iban de borregos detrás de ellos intenté reincorporarme solo a las clases, eran mis recurses y sabía que no iba a tener más recursamientos de vuelta, pero cuando intentaba, simplemente ya no podía, había perdido tantas clases que igual ya no entendía, igual mi conocimiento aprendido seguía en cero, y por mejor que me esforzara, siempre tenía detalles tenues, hasta en el mejor de los casos me seguía faltando “el toque mágico” para estar bien.


 De todos modos no todo era malo, mi sueño de matemático llegaba, me convertí en estudiante de la Unadm de la Lic. en Matemáticas, y ahí fue cuando recobré la confianza en el mundo, conocí a un camarada con el que incluso actualmente aún sigo en contacto. Al igual que yo estudiábamos la misma carrera, y por si fuera poco, teníamos tema de plática, luego de tanto tiempo, el me ayudó a descubrir que la gente que en este mundo hace el bien aún existe.


 Y aunque también me gustaría contar esta parte de la historia anticiparé que alguien a quien por convenio de anonimato en esta gacha-biografía nombraremos “El Jefe”, fue quien me ayudó. Fui a hablar con él en persona, le expliqué que tuve una situación familiar (la cuál igual tenía), y el me otorgó todo el apoyo que hubiera necesitado tener, al menos hasta ese momento.


 Gracias a la ayuda de “El Jefe”, pude conocer nuevos amigos, esta vez, ya no pseudo-amigos como los de mi media superior, o como los OGTes con los que la vida me arrastró más por wey que por ganas; esta vez los nuevos lazos que formaba eran más fuertes, y gracias a muchos otros nuevos amigos, gente franca, que hoy seguimos apoyándonos en lo que podemos, todos hemos sobresalido.


 Pero bien reza la gente que “Cuando la marea esta calmada es porque la tormenta esta cercana”, justo cuando pensé que que había superado mis peores males, llegó a mi un lastre bastante pesado…  
Física.


 Poco me duraría esa reciente tranquilidad que empezaba a tener, resulta que Física era la asignatura que no acredité, y ese mismo semestre al no haber acreditado mi recurse se me “desfasó”, por lo tanto, fuí acredor a mi primer baja definitiva el IPN… (Me lleva la chingada).


 Desconcertado y encabronado, me tropecé en el camino con ese sujeto que nos dio clases de regularización en la Biblioteca Vasconcelos durante el paro del 2014 en el IPN, mientras el resolvía unas igualdades para valores conocidos de funciones trigonométricas, me vio y me dijo “ven, ayúdame a resolver esto, ya luego te preocupas por eso”, y a pesar de que aún estaba piedra y no podía fluir tan bien como en las matemáticas como ahora, la concentración que tuve a tan solo horas de que me informaran lo de mi desfase, me hizo olvidar del impacto, sin querer, fue la primera vez hasta donde recuerdo que, al hacer matemáticas se me pasaba un coraje.


 Mi última carta por jugar... “carta de 24 créditos”


 Resumiendo mi frustrante experiencia en ese semestre, por culpa de la carta de 24 créditos, me alejé de todos mis nuevos amigos, puesto que no pude inscribirme con ellos, ya no podía apoyarme con ellos o ellos de mi, lo peor, mi horario, de 7AM a 8PM, para unas cuantas bagres materias, y el pinche mierda ese que estaba de coordinador de física sale con que “no guarda calificación”, cuando a más de 1 ya se la había guardado, créanme que si quisiera hacerlo mierda, decía su nombre públicamente aquí, no solo por el coraje que le tengo en el que un problema, en el que no especificaba si usar coordenadas polares o rectangulares, arguentó que no estaba bien mi problema por no haber convertido el resultado a polar, sino también por lo que le haría a un amigo 1 año después; pero honestamente usted ya está hundido en mierda, estancado, no es investigador ni tampoco esta en la industria, solo es “maestrito” de escuela y ya.


 De nuevo, la luz… luego de haber sacrificado todo, por sacar 1 materia y ni haber logrado eso, nuevo coordinador de Física, como todo docente, posee defectos y virtudes como cualquier otro, y si bien no me guardó calificación pero tampoco me cerró sus puertas cuando le pedí entrar de oyente.


 Y a su vez, dado que yo ya no quería problemas sino soluciones #Bergas, decidí cambiar de institución educativa para la carrera de matemáticas, incluso por si me volvía a tronar por culpa de física, ya solo dedicarme a ser matemático pero ahora ya en modalidad presencial (la Unadm es solo modalidad en linea). Al final de este nuevo semestre se eclipsan muchos acontecimientos, puesto que todavía faltaba que yo fuera admitido en la nueva institución a la que le eché el ojo, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), y por si fuera poco, también se me cocieron las habas por estudiar ruso, el idioma que desde hace mucho quise aprender…

Tener buena suerte + éxito no es buena combinación a veces.


 De vuelta, resumiendo, me quedé en la UACM donde los alumnos son elegidos por sorteo anual, solo que yo me quedé a solo días de haber aplicado, mi inscripción al ruso se completó, y para colmo, también pasé mi ETS… todo suena bonito, hasta que como dice esa frase de Felipe Ferra Gomez (aka. El Ferras), “ahora, la bebes o la derramas”.


 “Ok, el futuro me trae nuevos retos, todavía tengo que acreditar esas asignaturas que dejé morir por física, entremos con todo el entusiasmo, vengo con euforia y todo se puede”, era mi idea más general hasta el momento, sin tantos detalles acerca de este periodo, puedo decir que aguanté así un semestre, con 3 actividades diarias, y 4 horas del día netas perdidas en solo transportes, ser ente estudiantil de 7AM a 10PM, pero aún así, no me arrepiento de algo… si, tuve de nuevo, ya no 1 sino 2 desfases, de nuevo ya venía una carta de 24 créditos, en la UACM tampoco me fué tan bien, y solo acredité 3 niveles de ruso, para ser un putazo dolorozo no aterrizé tan mal… pero jamás, JAMÁS, te cambiaría… ❤️


 La conocí en la UACM, nos tocó una clase juntos, ella estudiante de Ingeniería en Sistemas Electrónicos y de Telecomunicaciones, y yo, de una wea que es rama de la Matemática Aplicada, Licenciatura en Modelación Matemática, y es que gente, la variable caótica y los sistemas complejos, dudo que puedan predecir fenómenos tan curiosos como estos, y es que pudiendo haberla conocido en Cuautitlán Izcalli (Establo de México) cuando llegué a ir, o en la media superior donde ella estudió (Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica) que estaba a 3 cuadras de mi roñosa media superior, o incluso algún día vagando por los alrededores de Escom, la tuve que conocer hasta uno de los rincones más recónditos en la orilla de la Delegación Gustavo A. Madero, la UACM de Cuautepec.


 Quien (de verdad) me conoce ya lo saben, pero para los que leen esto, solo diré, seguí oscilando, entre la luz y la obscuridad, pero aprendí una lección de vida tan sutil como valiosa, "La depresión es únicamente para los pendejos" no importa que tan hundido estés, no dejes de ser esforzarte, no dejes de practicar, no dejes de entrenar, más temprano que tarde cosechas los bueno de lo que con tanto esmero sembraste, y no te desanimes si no vez recompensas a la primera, recuerda siempre, las nochebuenas solo florecen en invierno.


 Y por cierto, algo, lo único que considero relevante mencionar es que desde que empecé esta historia (enero 2014) hasta ahora (enero 2019), es que yo tuve que cambiar, reemplacé la ingenuidad por la confianza, la debilidad por rica y deliciosa soberbia y la amabilidad por el realismo, elegí, dejar de ser el “políticamente correcto” y el que buscaba la aceptación de todos, por ser ese que busca el frijol negro en el arroz, el que no se conforma, y por ser el que dice todo como me parece, desde tan constructivo y noble, hasta como tan feo y crudo sea. Comprendí también 2 cuestiones:
  1.  De cualquier modo no importa lo que hagamos, nunca le vamos a sintonizar bien a todos, si igual le vamos a caer mal a muchos, mejor les caemos mal de una vez y no nos andamos con rodeos ni siendo "barberos"… pero tras descubrir que la primera no debería llevar conflicto a quien no lo merezca aprendí la segunda...
  2. Tener empatía por los que estimamos, a ver en los demás los tropiezos que uno personalmente tuvo, pero más, a no olvidar mi promesa de ayudar a los otros, y es que no dejé esa promesa, solo la cambié y la adecué a mi nuevo yo, ahora mi promesa para conmigo ya no sería “ayudar a quien lo necesite”, sino “ayudar a quien de verdad lo aprecie”.


 El yo que fui antes de que esta historia empezara se desvaneció poco a poco, en favor de alguien que recapituló todo lo malo y lo convirtió en experiencia. Hoy día la ocupa dicha experiencia para superar sus rezagos, para no volver a verle la cara a esos orates engreídos del pasado, para poder superarme... y si algún día por  "azares del destino" tuviese que verles a la cara, restregarles que yo ya no tengo que medirme con ellos, simplemente yo ya estoy alcanzando una cúspide que ni en sus mejores sueños la verían. Me falta (mucho) camino por recorrer, más del que quisiera cuantificar aquí en este texto, pero empiezo a tener una plenitud que antes no tenía, se llama "felicidad". Lástima también por esos que escogieron ser unos ineptos de por vida, como dije alguna vez, “Que pena por toda esa gente que ha bajado ya del tren de nuestra vida, justo ahora, cuando lo mejor del viaje apenas comienza… "


 (XeBuZer0 ℵₒ ☭)

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